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La Atención Centrada en la Persona (ACP) es la base del modelo de atención integral que Bouco utiliza en sus residencias y centros de día, que convierte a la persona usuaria en el eje central de la intervención de los profesionales.
El modelo de ACP se basa en los principios éticos fundamentales, ya que cada usuario es un individuo único y diferente en los planos biológico, intelectual, afectivo y social. En este sentido, la coordinadora de Calidad de Bouco Ibérica, Julia de Frutos Sánchez, destaca el principio de autonomía, “donde prima la capacidad del usuario de decidir y autogobernarse. Nuestra obligación como cuidadores es la de respetar su proyecto de vida, teniendo en cuenta sus valores, ideas y creencias”. Así, en las residencias Bouco se valora la voluntad del mayor para elegir cómo quiere vivir y sus directivas anticipadas.
Para Bouco, este modelo de atención implica un compromiso responsable desde la alta dirección hasta todas y cada una de las categorías profesionales. “La ética centra nuestras preocupaciones y marca el ritmo de nuestra organización, con el objetivo de atender y acompañar a aquellas personas que han decidido vivir en uno de nuestros centros, respetando en todo su momento su dignidad e individualidad y procurando su confort y autonomía”, asegura De Frutos. Por ello, el modelo de ACP viene acompañado de una política de escucha activa de los residentes y también de sus familiares.
Este principio de autonomía está directamente relacionado con el de la responsabilidad y profesionalidad de los trabajadores, “que deben ofrecer respuestas terapéuticas proporcionadas a las necesidades de los residentes. Los profesionales son parte activa del proyecto de vida de los usuarios, y participan en la búsqueda y puesta en marcha de medidas de cuidados alternativos eficaces y eficientes. Todo ello, facilita un ambiente de trabajo menos estresante y aumenta su satisfacción laboral, disminuyendo el agotamiento emocional que provoca trabajar con personas muy dependientes”. Además, Bouco pone en práctica una política participativa de formación continua de los trabajadores, “que nos permite fomentar un espíritu de equipo que se nutre de experiencias complementarias”, añade De Frutos.
Principales beneficios de la ACP:
Unidades de Vida
Las Unidades de Vida de Bouco son un claro ejemplo del esfuerzo que realiza la compañía para ofrecer una atención integral centrada en la persona. Se trata de unidades terapéuticas, donde los residentes marcan su propio ritmo de vida y desarrollan su proyecto de vida.
La coordinadora de Calidad de Bouco Ibérica explica que el equipo multidisciplinar del centro, tras una valoración geriátrica integral y la realización del PIAI (Programa Interdisciplinar de Atención Individual), decide si el usuario debe formar parte de una u otra unidad de vida. Decisión que, lógicamente, puede sufrir modificaciones en el tiempo teniendo en cuenta la evolución del mayor. “Los profesionales son trabajadores cualificados y especialmente formados, que conocen tanto la historia de vida como el proyecto de vida de los residentes, y que tienen una gran adhesión al proyecto terapéutico”, añade De Frutos. La implicación de la familia juega también un papel primordial en el desarrollo del proyecto.
Destacan, especialmente, las Unidades Protegidas para Personas con Alzheimer u otras demencias (UPAD), que cuentan con todas las medidas de seguridad necesarias y un diseño arquitectónico que trata de crear un ambiente cálido, acogedor y familiar. “Las paredes son auténticos paseos multisensoriales, las zonas de descanso evocan recuerdos para poder trabajar las reminiscencias, los jardines y terrazas son terapéuticos, etc.”, subraya De Frutos.