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El envejecimiento naturalmente conlleva una serie de cambios en nuestro cuerpo. Uno de los más comunes, pero a menudo pasados por alto, son los problemas de circulación sanguínea.
Estos problemas pueden manifestarse de diversas maneras y, aunque son comunes en la tercera edad, existen estrategias para prevenirlos o al menos reducir su impacto. Por ello, a continuación, te ofreceremos una guía completa sobre cómo detectar y prevenir estos problemas.
Tabla de contenidos
Los síntomas de problemas de circulación son variados y pueden variar en gravedad de una persona a otra. Algunos de los más comunes incluyen:
Las causas de la mala circulación son diversas, algunas directamente relacionadas con el envejecimiento y otras con estilos de vida o condiciones médicas. Las causas principales incluyen:
Es importante recordar que cada persona es única y puede enfrentar problemas circulatorios por diferentes razones. Por ello, consultar con un profesional de la salud puede ayudar a identificar las causas específicas y establecer un plan de manejo adecuado para mantener una circulación saludable en la tercera edad.
Para determinar cómo saber si tengo problemas de circulación, lo más recomendable es prestar atención a los síntomas mencionados anteriormente y acudir a un médico si detectas cualquier anomalía.
Un médico puede realizar exámenes específicos, como estudios de imagen o pruebas de presión arterial en diferentes partes del cuerpo, para diagnosticar problemas de circulación de la sangre.
La prevención siempre es la mejor estrategia. Aquí te presentamos algunos consejos para prevenir los problemas de circulación:
El ejercicio regular es esencial para mantener una buena salud circulatoria. No es necesario correr maratones; caminar, nadar o realizar ejercicios de bajo impacto durante 30 minutos al día puede hacer una gran diferencia.
Una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y granos enteros puede ayudar a mejorar la circulación. Limitar la ingesta de grasas saturadas, sal y azúcares añadidos es crucial.
Además, consumir alimentos ricos en antioxidantes y omega-3 puede ayudar a prevenir el endurecimiento de las arterias.
Especialmente si ya se han detectado síntomas de problemas de circulación, es útil elevar las piernas por encima del nivel del corazón varias veces al día. Esto ayuda a la sangre a regresar al corazón y puede reducir la hinchazón y otros síntomas.
El tabaco es un enemigo de la circulación, ya que estrecha y endurece las arterias. El alcohol, por otro lado, debe consumirse con moderación. Un consumo excesivo puede elevar la presión arterial y afectar negativamente la circulación.
Evita ropa o calzado que apriete demasiado. La compresión excesiva puede obstaculizar la circulación, especialmente en tobillos y piernas.
Como ves, aunque los problemas de circulación son comunes en las personas mayores, no es inevitable sufrirlos. Con un estilo de vida saludable y prestando atención a las señales de nuestro cuerpo, podemos prevenir o manejar estos problemas para tener una vejez más activa y saludable.