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Los profesionales de Bouco han comprobado que los lazos afectivos que se generan en las Terapias Asistidas con Animales (TAA) “nos ofrecen una fuente inagotable de recursos terapéuticos para abordar diferentes patológicas. Y lo que es mejor aún, nos ayudan a implicar al residente en la terapia propuesta de una forma sutil pero que, en muy poco tiempo, proporciona beneficios físicos, sociales, emocionales y cognitivos a nuestros residentes”, señala la terapeuta ocupacional de Bouco Cartagena, Rocío Rodríguez Costa.
Las terapias con animales son intervenciones directas con objetivos definidos, en las que participan animales que reúnen unos criterios específicos. En este sentido, Rocío incide en la importancia de contar con una planificación previa y con un programa terapéutico estructurado, “así como con un seguimiento, registro y evaluación de los resultados. Y lo más importante, la participación controlada de un animal, que trabaja como facilitador para conseguir nuestros objetivos”. Si bien perros y gatos son los animales más habituales en este tipo de terapias, también pueden intervenir pájaros, hurones, etc.
Las terapias con animales se han convertido, por tanto, en una alternativa más para trabajar con los residentes para mejorar su calidad de vida. “En Bouco promovemos y motivamos unas terapias saludables y beneficiosas. Tratamos que las sesiones sean divertidas y procuramos que surja una conexión especial entre los animales y nuestros usuarios”, subraya Rocío.
La respuesta física y cognitiva a las terapias con animales resulta especialmente positiva en las personas con alzhéimer o demencia avanzada. “Muchos usuarios han demostrado un fuerte vínculo afectivo con los gatos y perros que nos visitan. Los residentes nos trasmiten los buenos recuerdos que han vivido en su juventud con un animal y ese vínculo es innato e, incluso, es habitual que los residentes con demencia recuerden cómo se llamaba su mascota”, reconoce la terapeuta.
Es más, la terapeuta asegura que esta relación de afinidad es tan fuerte que ha conseguido, en muy pocas sesiones, “generar un nivel de estimulación tan alto como para observar resultados en poco tiempo. Estas conexiones generan sentimientos, recuerdos y cariño, que luego vemos reflejados en otras actividades con el resto de compañeros”.
Prácticamente la totalidad de los residentes pueden participar en una terapia asistida con animales, ya que sus fines y beneficios terapéuticos son numerosos:
“Como estas actividades resultan muy divertidas y entretenidas, son muy bien recibidas por los residentes. Esto nos permite crear un refuerzo positivo en el residente, que desea repetir la actividad y, de esta manera, logramos alcanzar los objetivos relacionados con la rehabilitación física y cognitiva. Evidentemente, cada actividad se adapta a las capacidades y el grado de dependencia del residente”, explica Rocío Rodríguez.
En Bouco, la implementación de la terapia con animales ha sido muy satisfactoria. “Todo el personal observa los resultados de este tipo de dinámicas, a las que invitamos a las familias para participar”, concluye.