¿Cómo mejorar la autonomía y autoestima de una persona mayor dependiente?

06/03/2017

Las limitaciones que presenta una persona mayor para realizar sin ayuda las tareas del día a día no pueden medirse mediante una fórmula matemática. Existen, por tanto, distintos niveles y tipos de dependencia: física, mental, psicológica, económica, social y cultural.

El envejecimiento está ligado a la pérdida progresiva de las capacidades físicas. Existen distintas causas que pueden limitar a las personas mayores físicamente, como son: la pérdida de movilidad, las enfermedades crónicas, pérdida de vista o audición, o el consumo de fármacos. El grado de estas limitaciones varía de una persona a otra, pudiendo ser menos dependiente alguien que padezca una dolencia concreta que otra que no sufra ninguna enfermedad.

Una parte de la incapacidad que muestran las personas mayores se atribuye al contexto, y sobre este podemos actuar para mejorar la independencia de la persona mayor.

En ocasiones, cuidar y ayudar a las personas mayores puede traducirse en mayor dependencia. Por eso es importante trabajar en fomentar la autonomía en la medida de lo posible.

Lo primero que debemos hacer para lograrlo es acondicionar el espacio físico: mediante elementos que de forma segura, ayuden a la persona a realizar las tareas de su vida cotidiana.  Adaptar la vivienda es el primer paso para conseguirlo.

El ambiente social puede jugar en nuestro favor o en contra. La familia y personas cercanas deben evitar estos 3 comportamientos para no favorecer la dependencia de la persona mayor:

  • Realizar tareas que la persona mayor es capaz de hacer por sí misma. Debemos observar qué es capaz de hacer la persona sin ayuda, y evitar hacerlo por ellas.
  • Amonestarles cuando no solicitan ayuda. Aunque en ocasiones pensemos que corren un riesgo, “regañarles” al hacer algo por sí mismos disminuye su grado de autonomía.
  • No reconocerles el hecho de que hagan cosas por sí mismos. Cuando una persona mayor realiza una tarea de forma autónoma es necesario que esta tenga una consecuencia positiva para ella, como el reconocimiento de la misma.

A pesar de lo que se suele pensar, la autonomía puede aprenderse, independientemente de la edad que se tenga, si se siguen los consejos anteriormente citados. Además, establecer rutinas en sus actividades, y animarles a intentar hacer las cosas por su cuenta les ayudará a ser más independientes.

Al mejorar la autonomía de una persona mayor, no solo lo estamos ayudando a superar sus limitaciones, además mejoramos su autoestima. Vivimos en una sociedad que aprecia y promueve la autonomía, de forma que cuando una persona se ve dependiente y necesitada para realizar las tareas diarias que lleva toda su vida haciendo de forma independiente, se siente improductiva, vulnerable y débil.  Además de fomentando su autonomía existen otras formas de ayudar a una persona mayor a mejorar su autoestima como son: pedirle su opinión, considerarla en los procesos de toma de decisiones, respetar su intimidad en el baño…

Fomentar la autonomía de las personas mayores implica también beneficios para las personas de su entorno, ya que no solo dispondrán de más tiempo para ellas, ya que no necesitarán invertir tanto tiempo en el cuidado de la persona, sino que se verán gratamente recompensadas al ver a la persona mayor capaz de valerse por sí misma.

¿Conoces algún otro truco para conseguir que una persona mayor sea más autónoma y mejorar su autoestima?

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